Oscuro Claro

Hoy es mi cumpleaños y uno comienza a tener una edad en la que esta disyuntiva tiende a cobrar algo de sentido. Si lo que pretendo es encontrar una respuesta al título de esta entrada yo sin duda soy de los que prefieren sumar pues haciendo balance creo que tengo mucho más que agradecer a la vida de lo que le tengo que reprochar.

Pero cuando pienso en sumar no puedo evitar que acudan a mi encuentro una serie de preguntas a las que no consigo dar respuesta, al menos, no la que me gustaría dar. Y es que sumar ¿Para qué?¿Cuál es el propósito del balance que todos hacemos al discurrir de nuestra existencia?¿Acaso contamos con una segunda, tercera o incluso enésima oportunidad para enmendar los errores que cometamos a lo largo de nuestra vida?

Resulta curioso tratar de entender determinadas celebraciones porque en sí mismas no son sino un modo de reconocer el paso de un tiempo que inexorablemente nos conduce a un desenlace por todos sabido pero que a casi nadie le resulta atractivo afrontar.

Y soy, insisto, de los que ven el vaso medio lleno y no medio vacío pero si hay un día a lo largo del año que me hace reflexionar especialmente ese es el de mi efemérides ya que representa un triunfo y un fracaso a la vez, una victoria con cierto gusto a derrota y, en definitiva, una celebración que por su propia naturaleza resulta a todas luces surrealista.

Son ya unos cuantos años sumando…y espero seguir sumando muchos más.

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